Álvaro Narváez Daza fue presidente de la Junta de Acción Comunal y miembro del Consejo Comunitario Palenque la Torre en el municipio de Mercaderes, Cauca.
Había hablado muchas veces sobre la violencia de los grupos paramilitares armados en la zona y sus intentos de obligar a la gente a cultivar coca.
El 29 de abril de 2020, Álvaro fue asesinado cuando hombres armados abrieron fuego contra su casa en la comunidad de El Vado, distrito de Mojarras y lo mataron a tiros.
También mataron a su esposa, su hijo y su nieta. Otro hijo resultó herido en el ataque.
Efigenia, la hija de Álvaro, regresó de Bogotá para cuidar a los dos niños que habían sobrevivido a la masacre y hacerse cargo de la finca. También se pronunció sobre las amenazas que había recibido la familia y mostró los folletos que habían aparecido en el pueblo que decían “Álvaro, estás muerto”.
Seis meses después, los asesinos volvieron a atacar.
El 30 de octubre de 2020, 5 hombres armados estaban fuera de la casa y abrieron fuego con armas de alta potencia.
Efigenia y su tía Betsy (hermana de Àlvaro) fueron asesinadas de inmediato.
El esposo de Efigenia, Yamith Ibagué, corrió hacia la parte trasera de la casa y logró avanzar 800 metros antes de que él también fuera baleado.
El único miembro sobreviviente de la familia es un niño de 7 años.
Sobrevivió a la primera masacre porque un armario le cayó encima. En la segunda ocasión los vecinos lo encontraron escondido debajo de la mesa de la cocina.
Se cree que ambas masacres fueron perpetradas por un elemento disidente de las FARC, el Frente Carlos Patío, que había amenazado a Álvaro en numerosas ocasiones.