Esta jóven transgénero, se graduó de Maestra de Educación Primaria, estudiaba en la Universidad Pedagógica Nacional Francisco Morazán (UNPFM) y coordinaba el grupo de mujeres trans ‘Las Muñecas’ de la Asociación Arcoíris con de Tegucigalpa.
Angie fue asesinada a las 12:30 de la noche del 25 de junio de 2015. Cuatro sujetos que “sin mediar palabras comenzaron a disparar’ desde un vehículo color negro, tipo camioneta, cuando ella y tres de sus amigas caminaban por Comayagüela (en el Distrito Central). Inmediatamente, “se presentó la patrulla policial numero MI-95 asignada a la cuarta estación de Comayagüela. En ese momento Angie, aún con vida, pedía ayuda y los agentes policiales no dejaron ayudarla, ni quisieron llevarla en la patrulla a un centro asistencial. Los policías dejaron que se muriera.”, dijeron sus amigas de la Asociación Arcoíris.
Organizaciones LGTBI y otras organizaciones de Derechos Humanos denunciaron “la actitud transfóbica de los agentes de esta patrulla MI-95″, porque pudieron haber realizado acción de socorro, pero no quisieron hacerlo.
Unos días después de su asesinato, el 29 de junio de 2015, diversas organizaciones LGTBI se reunieron con representantes del Ministerio Público, el Comisionado Nacional de los Derechos Humanos (CONADEH) y la Secretaría de Justicia, Derechos Humanos y Descentralización, para conformar la Plataforma Nacional de Seguimiento a las Muertes Violentas.