El 7 de junio de 2017, Bernardo Cuero estaba en casa viendo un partido de fútbol en Malambo, Colombia, cuando dos hombres armados entraron y lo mataron a tiros delante de su compañero y otros miembros de la familia.
Bernardo Cuero era el «fiscal» (investigador principal) de la Asociación Nacional de Afrocolombianos
Desplazados (AFRODES) y representante legal de la Asociación de Personas Desplazados por Vivir de Malambo (ADEVIM). Había participado en la 149° sesión de la CIDH en 2013, en la que denunció los riesgos a los que se enfrentan los/as DDH afrocolombianos/as por parte de los grupos paramilitares.
Bernardo Cuero también fue víctima de un desplazamiento forzado en 2000 cuando tuvo que abandonar
Tumaco, en la provincia de Nariño, tras ser perseguido por grupos paramilitares. Desde entonces, ha sido frecuentemente blanco de amenazas e intentos de asesinato.
El 19 de marzo de 2018, los hijos de Bernardo, Silvio Duban y Javier Bernardo fueron asesinados a
tiros en su negocio por haber realizado una campaña pidiendo justicia para su padre.