Jorge Luis Solano Vega fue vocero de las víctimas de la violencia. Fue presidente de la Organización de Víctimas de Desaparición Forzada, Asvida, y miembro de Redepaz. También fue miembro del directorio de Tierra y Vida y miembro de la Mesa Territorial de Víctimas de Ocaña, (Comité Regional de Víctimas de la Violencia en Ocaña).
Jorge Luis era un líder comunitario muy respetado, bien conocido por su vigorosa oposición a la corrupción. Había pedido públicamente una investigación sobre la adjudicación de contratos corruptos en el hospital y otros servicios públicos.
El 3 de noviembre de 2020, Jorge Luis se encontraba en su casa en Ocaña, cuando hombres armados irrumpieron en la casa y lo mataron a tiros. Amigos y familiares se apresuraron a llevarlo al hospital local, pero fue declarado muerto al llegar.
Unos días antes del asesinato, Jorge Luis grabó un video en el que aseguraba que su vida corría peligro. También identificó a un empleado del Hospital Emiro Quintero Cañizares como responsable de cualquier atentado que pudiera ocurrir.
Anteriormente había sido amenazado en múltiples ocasiones y la Unidad Nacional de Protección, UNP, le había brindado protección.
Un conocido criminal, Jhon Freddy Espinosa Álvarez, alias el Burro, ha sido condenado por el asesinato. Otros dos hombres, Carlos Daniel Pinzón Ramírez (alias Ñingui) y Luis López Delgado (alias Luis) han sido detenidos por su papel en el asesinato.
La investigación ha revelado que a los asesinos se les pagó una tarifa de cuarenta millones de pesos. Al parecer, uno de la pandilla estaba monitoreando los movimientos de Jorge Luis para identificar un momento en el que estaría desprotegido.