Luis Ángel, adolecente de dieciciete años e integrante del Comité por la Defensa de los Derechos Indígenas (CODEDI,) fue asesinado en una emboscada ocurrida el 12 de febrero del 2018. Estaba viajando con el lider de la organización, Abraham Ramírez Velázquez, y otras tres personas. El vehículo en el que venían se cruzó con un comando armado en una camioneta, la cual con una maniobra le cerró el paso. El comando empezó a disparar, matando a Luis Ángel y otros dos integrantes del CODEDI, Alejandro Diaz e Ignacio Lopez. De acuerdo al diario El Imparcial de Oaxaca, las balas eran de calibres .45 and .9, los cuales son de uso casi exclusivo de las fuerzas armadas. Cristóbal Ramirez, vocero del CODEDI, declaró que los hombres habían sido convocados por el gobierno estatal a una junta con el fin de resolver un conflicto en la comunidad. Agregó que los sobrevivientes dijeron que el comportamiento y las armas utilizadas por los integrantes del comando indican afiliaciión al estado.
Al dia siguiente, los tres cuerpos no se entregaron a los familiares, quienes tuvieron que regresar a sus casas después del atardecer. La comunidad organizó una marcha, en la cual participaron más de 400 personas y se cerró la carretera, para pedir que se entregaran los cuerpos. Al final, fueron velados y trasladados a Xanica dos dias después del ataque.
“Luis Ángel seguía los talleres de mecánica y balconería del Centro de Capacitación [de CODEDI.] Fue aquí que encontró a mi hermana, fueron novios durante un año antes de casarse”, recuerda Erika Vásquez Valladares. “Nada más quiero saber quién los mató, y sacarme todo este coraje que tengo adentro”, afirma ella. Pocos días antes de ser asesinado, su cuñado Luis Ángel acarició su panza de 8 meses: “Ojalá que marzo llegue pronto –le dijo– tengo ganas de conocer a tu bebé”.
A la condena del asesinato se sumó la Oficina en México del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos (ONU-DH). Cabe recordar que el Comité por la Defensa de los Derechos Indígenas (CODEDI) surgió en 1998 en un contexto de violencia en contra de los derechos políticos del pueblo de Xanica. El responsable por mucha de la represión fue José Murat, padre de Alejandro Murat, el goberdador actual de Oaxaca.