El 27 de abril de 2018, María del Carmen Moreno Páez fue secuestrada mientras se dirigía a trabajar en su finca en el municipio de Araquita, Arauca, Colombia. El miércoles siguiente, el hallazgo de su cuerpo demostraba signos de descomposición que coincidían con el día de su secuestro.
María del Carmen presidía la Junta de Acción Comunal de Cano Rico, un movimiento popular de la sociedad civil. Su destacada labor le valió el reconocimiento por su trabajo comunitario en pro de los derechos humanos, de propiedad y del medio ambiente en el estado de Arauca, Colombia.
Madre de cinco hijos, Moreno fue vista en un video en el que sus captores (autoproclamados miembros de las Autodefensas Unidas de Colombia) solicitaban mil millones de pesos colombianos para su liberación. A pesar de esto, el presidente de la Federación de Acción Comunal de Arauca resalta la naturaleza política y el contexto de la muerte de María del Carmen tras sus continuas denuncias en contra de la explotación ambiental en Arauca por parte de las compañías petroleras. María del Carmen también había denunciado ferozmente la corrupción en temas de transporte, programas de alimentación escolar y, además, trabajaba para desarrollar estrategias de inclusión social contra el aumento de uso de drogas y la expansión de los narco-cárteles en la región.
La muerte de María se produjo en medio de críticas por la falta de protección y garantías para los líderes de derechos civiles en Arauca, y en Colombia en general, pues fue la segunda líder en derechos civiles asesinada durante el 2018 en esta región y la vigésima sexta en el país para la fecha de su asesinato.