Mateo López Mejía era un activista de derechos comunitarios, LGBTI y trans en Circasia Quindío.
Mateo participaba activamente en varias iniciativas comunitarias y en el momento de su muerte participaba en un proyecto para ayudar a personas de bajos recursos.
El 4 de julio de 2020, Mateo participaba en una reunión con miembros de la comunidad en el campo de fútbol local para planificar una comida comunitaria para las personas que viven en la pobreza. En medio de la reunión, un hombre desconocido se acercó a él y le disparó repetidamente, matándolo instantáneamente.
Según la activista LGBTI+ local Sandra Martínez, “durante años, gays, lesbianas y hombres y mujeres transgénero han sido asesinados con impunidad y no se ha hecho nada. En relación al asesinato de Mateo no ha habido detenciones y las autoridades ni siquiera han iniciado una investigación”.