La tarde del sábado 20 de mayo asesinaron a Miguel Vázquez Torres, líder de la comunidad wixárika, y a su hermano Agustín Vázquez Torres, en Tuxpan de Bolaños en la sierra norte de Jalisco.
Miguel Vázquez Torres, de 40 años, fue presidente de los bienes comunales en la comunidad wikárika (huichol) de San Sebastián Teponahuaxtlán, municipio de Mezquitic y fue uno de los principales líderes indígenas que encabezó el movimiento de reivindicación de su territorio y que legalmente logró que iniciara la restitución de tierras para su comunidad en el municipio nayarita de Huajimic, donde reclaman 10 mil hectáreas de las que les han sido devuelvas sólo 200. También fue uno de los líderes que anunció la intención de crear una policía comunitaria wixárika (huichol) que defendiera a la población indígena.
Su hermano, Agustín Vázquez Torre de 30 años, se graduó recientemente como abogado con especialidad en derechos humanos y desempeñaba varios cargos comunitarios.
Las primeras investigaciones señalan que Agustín fue baleado por varios desconocidos, quienes se dieron a la fuga en una camioneta Toyota Tacoma. Herido, fue trasladado al centro de salud local, donde falleció. Hasta el sanatorio llegó su hermano mayor Miguel, quien al salir del sitio, fue baleado y también asesinado, informó la Fiscalía General de Jalisco
La dependencia dijo que las indagatorias señalan como responsables a miembros de una célula del grupo criminal que opera en los límites entre Jalisco y Zacatecas, territorio controlado por el cártel Jalisco Nueva generación.
Miguel Vázquez pertenecía al Consejo Regional Wixárika por la Defensa de Wirikuta (CRW), y formaba parte de la mesa jurídica. Entre otras cosas impulsó la creación de la Preparatoria Bicultural de la Universidad de Guadalajara (UdeG) que está por arrancar actividades.
En septiembre pasado y tras una larga lucha, Vázquez había logrado junto con otros líderes indígenas, que legalmente diera comienzo la restitución agraria con un primer predio de 184 hectáreas. También denunció en diversas ocasiones el cultivo de amapola en la región wixárika y que los grupos criminales obligaban a los indígenas a sembrar la materia prima de la heroína mediante amenazas o aprovechando la extrema pobreza en que viven.
Fuente: Desinformemonos