El 19 de octubre de 2019, el líder de la comunidad garífuna, Oscar Francisco Guerrero Centeno, fue asesinado a tiros cuando conducía por la comunidad de Masca, en Omoa Honduras.
Este asesinato se produjo apenas una semana después del asesinato a tiros de la maestra garíuna, María Digna Montero, quien era presidenta de la junta comunitaria de Masca. Guerrero Centeno era miembro del equipo de seguridad creado para proteger a la familia de María Montero, que había seguido recibiendo amenazas después de su muerte.
µLos garífunas son una comunidad mixta de ascendencia africana e indígena que suman unos tres mil en Honduras. Sus tierras comunales están cada vez más amenazadas por los acaparadores de tierras y las empresas que quieren expandir la producción agrícola o desarrollar proyectos mineros.
En 2015, la Corte Interamericana de Derechos Humanos reconoció que el Estado de Honduras había violado los derechos humanos de las comunidades garífunas y le ordenó implementar un conjunto de reparaciones, incluida la delimitación, demarcación y titulación de tierras tradicionales. A la fecha Honduras aún no ha implementado dichas medidas.
En lugar de defender los derechos de las comunidades garífunas, el estado ha continuado hostigando y estigmatizando a los líderes comunitarios. El Ministerio Público ha acusado a los defensores garífunas de robo con violencia o intimidación, usurpación, daños y amenazas.
De acuerdo con la información recibida, estas investigaciones surgen de conflictos relacionados con la posesión, uso y propiedad de ciertas tierras para las cuales existen tanto títulos de propiedad privada como títulos de propiedad ancestral a favor de las comunidades.