Patrocinio Bonilla era muy conocido y respetado por su liderazgo y compromiso con el movimiento por los derechos de las comunidades campesinas, afrodescendientes e indígenas en Alto Baudó, Chocó. Fue fundador del movimiento de derechos indígenas Asokinchas, miembro del Congreso de los Pueblos (Congreso de los Pueblos) y del Coordinador Nacional Agrario (Consejo Nacional de Agricultura) – CNA.
Según un informe de News Click, “Patrón vivía en Chocó, en el noroeste de Colombia, donde el 96% de las personas se identifican como afrocolombianos o como parte de la comunidad indígena Emberá. Chocó es tratado como un remanso del país, sin infraestructura real y con poca política social para mejorar la vida de su población.
“Desde muy pequeño”, nos dijo un amigo de Patrón, “quería ser un jugador de fútbol profesional”. Se fue a Medellín, donde probó suerte con el Atlético Nacional, aunque era hincha del América de Cali (equipo querido por los afrocolombianos). Su pobreza le impidió quedarse en Medellín a entrenar, por lo que regresó a su casa Pie de Pató en el Chocó.
Patrón organizó un torneo de fútbol en la zona. Le dijo a su amigo Germán Bedoya, uno de los fundadores del movimiento agrario nacional (Coordinador Nacional Agrario, o CNA), que si podía mantener a los jóvenes ocupados con el fútbol, entonces no serían reclutados tan fácilmente por el narcotráfico y los paramilitares. organizaciones que se aprovechaban de estas comunidades. Los narcotraficantes necesitaban la tierra para cultivar cocaína, y necesitaban a los jóvenes como sus empleados desechables. Esto es lo que Patrón trató de prevenir a través del fútbol”.
El 11 de agosto de 2020, quince miembros de la comunidad se encontraban cortando leña en la vereda Santa Rita en Alto Baudó, cuando fueron acorralados por un grupo de paramilitares. Después de aproximadamente una hora, todos fueron liberados excepto Patrocinio, quien fue asesinado a tiros unos minutos después.
El cuerpo de Patrón fue llevado de regreso a su comunidad en Alto Baudó, donde fue lavado y vestido con sábanas blancas. Luego se realizaron rituales de entierro arraigados en las tradiciones afrocolombianas. Cuando su madre, hermanas, primos e hijo intentaron venir a la ceremonia, fueron impedidos por los mismos grupos paramilitares (quienes lo hicieron a la vista del ejército y la policía).
Finalmente, solo su madre, su hijo y una hermana pudieron pasar para asistir a la ceremonia.
Estos asesinatos no son al azar. Son parte de un asalto a las comunidades afrocolombianas e indígenas del noroeste de Colombia, particularmente contra cualquiera que resista el poder de los narcotraficantes y sus paramilitares; también son un ataque a la izquierda colombiana, ya que gente como Patrón está afiliada a grupos como la CNA y el Congreso de Los Pueblos. Desde la década de 1990, estos grupos han desalojado a un gran número de agricultores de subsistencia y asesinado a muchos líderes políticos.