El 9 de enero de 2020, el cuerpo de Vicente Saavedra fue encontrado en avanzado estado de descomposición, varios días después de su desaparición, en el municipio de Morazán, departamento de Yoro, al noreste de Honduras. Le habían disparado varias veces.
Don Vicente, como se le conocía, era un celebrante laico en la iglesia católica y era un líder muy respetado del pueblo indígena Tulupán.
Don Vicente trabajó para proteger los bosques y las fuentes de agua de las que depende su pueblo y que se encuentran amenazadas por la tala ilegal. También fue miembro de la organización de derechos humanos el Movimiento Amplia por la Dignidad y la Justicia, MADJ.
Su comunidad ha sido blanco de violencia extrema debido a la defensa de su territorio y solo en 2019 se reportaron más de 70 incidentes violentos.
En un comunicado un vocero de la comunidad dijo: “Es triste y lamentable lo que estamos viviendo los campesinos, completamente desprotegidos por las “leyes” de esta Honduras. Solo Dios está con nosotros, porque no somos de cuello blanco. Tenemos todos nuestros derechos vulnerados en la medida en que nos pueden quitar la vida como si nada”.