Rolando Crispín López era integrante de la Asamblea de los Pueblos Indígenas del Istmo en Defensa de la Tierra y el Territorio, de la Asamblea Popular del Pueblo Juchiteco (APPJ) y de la Asamblea de Pueblos de Álvaro Obregón. Desde hace cinco años era policía comunitario de Álvaro Obregón, comunidad que durante esos cinco años se ha encontrado en lucha defendiendo su territorio en contra de la empresa eólica Mareña Renovables, ahora llamada Eólica del Sur, de capital español.

En un comunicado, la Asamblea de los Pueblos Indígenas del Istmo en Defensa de la Tierra y la APPJ informaron que a las ocho de la mañana del 22 de julio del 2018, una vez concluido su turno laboral como guardia comunitario, Rolando se dirigió a una tienda ubicada en Benito Juárez para realizar unas compras. Casi de inmediato, en un moto taxi rojo llegó un sujeto encapuchado quien, de manera artera y cobarde, disparó en repetidas ocasiones contra Rolando, asesinándolo e hiriendo a una niña de 8 años, quien caminaba por la calle.

Según dichas organizaciones, varios vecinos identificaron al agresor como Alejandro Matus Chávez, policía municipal activo adscrito al ayuntamiento de Juchitán.

Terrorismo de Estado

La APPJ y los integrantes de la radio comunitaria Totopo condenaron el asesinato de Rolando Crispín López y exigieron justicia al gobierno del estado.

Alertaron que la violencia que se está gestando en la región contra los defensores de la tierra y el territorio se circunscribe dentro de lo que llamaron terrorismo de Estado, toda vez que se genera por parte de los propios gobiernos de los distinto niveles.

En 2012 un grupo de pobladores, entre mujeres, campesinos y pescadores, decidieron luchar contra la instalación de la empresa Mareña Renovables, debido a que pretendía adueñarse de la laguna, espacio que consideran sagrado para las familias de la comunidad.

Fue entonces que crearon la Asamblea de Pueblos de Álvaro Obregón, un cabildo comunitario y un año después, en 2013, fundaron su policía comunitaria, con la cual defienden su tierra y territorio.

En su comunicado sobre el asesinato, la Asamblea declaró que “nuestra lucha es por la vida, y la vida de nuestro compañero vale más que todo el dinero usado en todos los megos proyectos de muerte que se están intentando desarrollar en nuestros territorios.” 

Redactado con base en el texto original de La Jornada