La defensora

Macarena Valdés era una respetada líder ambientalista de la Nación Mapuche. Nacida en un contexto urbano, dejó Santiago para criar a su familia en los bosques del sur chileno, donde se interesó por el cultivo de la tierra y la preservación de la cosecha, destacándose rápidamente en la comunidad. Macarena trabajó para la protección de aquella zona, que con el tiempo empezó a sufrir la incursión de un megaproyecto eléctricos sin consultar efectivamente a la comunidad ni realizar evaluaciones de impacto ambiental.

La comunera recibió amenazas vinculadas a su trabajo como defensora de los derechos humanos y tanto antes como después de su muerte, otros comuneros y comuneras de la comunidad (incluso su propio esposo) fueron amenazados o golpeados por carabineros. Macarena fue asesinada el 22 de agosto del 2018. Las investigaciones oficiales han descartado en ocasiones repetidas la posibilidad de que su muerte no hubiera sido voluntaria

Los paralelos entre la muerte de Macarena y el supuesto suicidio de Alejandro Castro en octubre del 2018 han inquietado a defensores de los derechos humanos y organizaciones de monitoreo; el Memorial ha preparado una comparación de los casos [ver hipervínculo]

El asesinato

Menos de tres semanas después de haber terminado presa por participar en corte de camino para evitar que la multinacional RP Global colgara cables de alta tensión en su comunidad, y un día antes de que comenzara el proyecto, el hijo de Macarena llegó de la escuela y la encontró colgada de las vigas de la habitación de sus hijos. El menor de los niños, de dieciocho meses, estaba ahí cerca pudo haber presenciado su muerte. La comunera había dejado la comida preparada y la bolsa del bebé estaba empacada para una cita.

Macarena no tenía antecedentes de salud mental y no había indicios de que ella hubiera planeado su propia muerte. Aunque la familia presentó una solicitud para que se considerara como una de las líneas de investigación la posibilidad de homicidio , el caso se cerró unos meses más tarde. La familia se ofreció a pagar una segunda necropsia independiente. Una vez que obtuvieron los fondos, el cuerpo fue exhumado y revisado por un painel de especialistas, quienes produjeron un informe de 18 páginas enumerando las evidencias de que Macarena ya no estaba viva cuando su cuerpo fue suspendido. El informe todavía está en manos de la fiscalía, y el caso no puede avanzar hasta que el médico forense del estado emita un segundo informe.

Recordando a Macarena

El esposo de Macarena, Rubén Collio, werkén (lider portavoz) de Tranguil, describió la vida con su esposa en un homenaje en agosto del 2018.

“Nosotros nos vinimos aquí desde la ciudad para crear, para construir, no para destruir…este lugar es precioso, son montañas y montañas de verde, de bosque nativo, el agua más pura del planeta, está aquí, con lugares espirituales…mi hijo chico decía: mira, te voy a llevar a conocer el paraíso. Y ellos vinieron a ensuciarlo, con su guerra, guerra que no es nuestra, porque el conflicto lo traen ellos, nosotros lo que hemos hecho aquí ha sido defender nuestros derechos y exigir nuestra dignidad”

“Hoy día vale más un par de metros de cable que la vida de una persona, que la vida de una madre, que la vida de una compañera de vida, de una mujer valiosa. El asesinato de mi mujer tenía distintos objetivos, uno era debilitarnos… y ese casi lo cumplen. Si ella no hubiese sido tan aguerrida, no se si hubiésemos logrado estar en pie, porque el dolor por su pérdida es gigante. Ella era más que la esposa de un werkén, ella era una guerrera”