Fuente La Hora
Author Carlos Figueroa Ibarra
En la madrugada del martes 9 de abril de 2019, me enteré con pesar del asesinato de Leonel Nájera, activista del Comité de Desarrollo Campesino (Codeca) e impulsor del Movimiento para la Liberación de los Pueblos (MLP).
Fue asesinado a balazos en la carretera que conduce a La Libertad, departamento de Petén. Además de impulsar al partido que impulsa el binomio presidencial constituido por la líder indígena Thelma Cabrera y el dirigente social Neftalí López, Leonel era activo en el apoyo a “la resistencia”. Así llaman en Codeca a la lucha contra las tarifas abusivas de electricidad que cobra Energuate, pantalla de las transnacionales dueñas de la energía eléctrica del país. Con el asesinato de Leonel, suman 9 los dirigentes de Codeca y MLP que han sido ejecutados desde 2018. Hoy Codeca se encuentra en la mira porque ha unido su lucha social a la lucha política que realiza a través del MLP.
Codeca es una naciente pero pujante fuerza social camino a ser fuerza política. Es una organización ampliamente representativa de hombres y mujeres de manos encallecidas y rostros curtidos por el sol. Representa la fuerza plebeya y a los condenados de la tierra en Guatemala.
El Programa General y Plan de Gobierno del MLP contempla cambios estructurales con un espíritu antioligárquico, busca instaurar el buen vivir para todos y para todas. Su objetivo estratégico es una Asamblea Constituyente Popular y Multinacional y “la democratización del capitalismo local” y combate a la corrupción. El programa que ahora enarbola incluye la recuperación de los servicios y bienes del Estado y reformas económicas, políticas, ambientales, jurídicas, seguridad, educativas e interculturales.
Codeca-MPL enfrenta a los intereses del capital lícito e ilícito afectado por sus reivindicaciones. Llamo a los hombres y mujeres de bien a no ser indiferentes ante la feroz ofensiva que sufre.