Yamid Alonso Silva Torres, de treinta y ocho años, había trabajado durante dos años como guardián en el Parque Nacional El Cocuy en Boyacá, donde era responsable de la gestión del ecoturismo en el sector La Esperanza.
A las 11.00 horas de la mañana del 6 de febrero de 2020, un hombre y una mujer llegaron en moto a la cabaña donde trabajaba. Lo obligaron a salir de la cabaña a punta de pistola y lo obligaron a caminar alrededor de un kilómetro antes de matarlo a tiros.
Al parecer, la matanza fue llevada a cabo por miembros del ELN. Los guardaparques que vigilan la minería y la tala ilegales son el objetivo habitual de grupos criminales y paramilitares que atacan sistemáticamente variedades raras de árboles como la caoba debido a su alto valor comercial.
Recientemente, el ELN ha intentado establecer una presencia en las montañas y cuando las comunidades se resistieron, el ELN comenzó a apuntar a los líderes comunitarios.
A nivel nacional, doce guardaparques han sido asesinados en los últimos años y muchos más han sufrido amenazas e intimidación constantes.
Yamid era un líder comunitario muy conocido y durante varios años había sido miembro de la Junta de Acción Comunal – JAC, en la vereda El Carrizal.