El domingo, 24 diciembre, 2020, José Adán Mejía fue encontrado muerto a balazos en un lugar remoto de la comunidad de El Volcán, en el occidente de Honduras.
Mejia era miembro del pueblo indígena Tolupán.
Aparentemente, regresaba a casa del trabajo cuando desconocidos armados se le acercaron y lo mataron a tiros.
Se cree que el asesinato fue en represalia por su labor de defensa de los derechos del pueblo tolupán en la comunidad de La Candelaria.
Honduras es considerado el quinto país más mortífero para los activistas, con 14 defensores de la tierra y el medio ambiente asesinados en 2019, frente a cuatro personas en 2018, según datos proporcionados por el grupo de defensa Global Witness.