Hoy hace un año, asesinaron a Berta, la defensora de la vida, luchadora de siempre, mujer viento libre, palabra certera y cuidadosa. Una mujer a quien la belleza le importaba en el sentido más hondo del término. Esa que evidencia la vulgaridad de los políticos de oficio, seres humanos que una desea lejos de los poderes de la vida colectiva hondureña, que se desprecian tanto como se desprecia al dictador y su séquito obsceno de abundancia en el epicentro de la miseria.
Desde esta fecha, en la que Berta, semilla de rebeldía fue sembrada, en el que cientos de personas repudiamos el hecho, de que en este país se asesine a quien defiende los bienes comunes, hicieron sentir en las calles y en distintos medios la solidaridad tanto nacional como internacional y con esto lograr frenar el financiamiento del Banco holandés FMO y del banco finlandés Finnfund, principales financiadores del proyecto hidroeléctrico Agua Zarca.
Aunque la exigencia de justicia para Berta no ha cesado, el Ministerio Público no ha logrado dar una respuesta favorable a esta petición, pues quienes ordenaron éste tan terrible crimen continúan en libertad, pese a los hallazgos encontrados de la relación cercana entre los detenidos y la empresa Desarrollo Energético S.A. (DESA), empresa responsable de implementar el proyecto hidroeléctrico Agua Zarca en territorio indígena Lenca sin un verdadero proceso de consulta previa e informada, como lo establece el Convenio 169 de la OIT sobre los pueblos indígenas.
Hoy hace un año, asesinaron a Berta, la defensora de la vida, luchadora de siempre, mujer viento libre, palabra certera y cuidadosa. Una mujer a quien la belleza le importaba en el sentido más hondo del término. Esa que evidencia la vulgaridad de los políticos de oficio, seres humanos que una desea lejos de los poderes de la vida colectiva hondureña, que se desprecian tanto como se desprecia al dictador y su séquito obsceno de abundancia en el epicentro de la miseria.
Desde esta fecha, en la que Berta, semilla de rebeldía fue sembrada, en el que cientos de personas repudiamos el hecho, de que en este país se asesine a quien defiende los bienes comunes, hicieron sentir en las calles y en distintos medios la solidaridad tanto nacional como internacional y con esto lograr frenar el financiamiento del Banco holandés FMO y del banco finlandés Finnfund, principales financiadores del proyecto hidroeléctrico Agua Zarca.
Aunque la exigencia de justicia para Berta no ha cesado, el Ministerio Público no ha logrado dar una respuesta favorable a esta petición, pues quienes ordenaron éste tan terrible crimen continúan en libertad, pese a los hallazgos encontrados de la relación cercana entre los detenidos y la empresa Desarrollo Energético S.A. (DESA), empresa responsable de implementar el proyecto hidroeléctrico Agua Zarca en territorio indígena Lenca sin un verdadero proceso de consulta previa e informada, como lo establece el Convenio 169 de la OIT sobre los pueblos indígenas.
Continuamos demandando al Estado de Honduras la participación activa del equipo legal que acompaña el caso como del COPINH, para que la investigación sea efectiva, además de garantizar el respeto a la integridad física de quienes forman parte del Consejo Cívico de Organizaciones Populares e Indígenas de Honduras COPINH Y los familiares de Berta Cáceres.
A estas demandas nos sumamos muchas voces desde diversas regiones, hace un año que exigimos justicia y lo continuaremos haciendo por Berta y las luchas del pueblo lenca.
Video coproducido por Front Line Defenders y la IM-Defensoras, con la contribución de la Red Nacional de Defensoras de Derechos Humanos en Honduras en el relato y la narración.