Kevin Julián León tenía 16 años, estaba en décimo y soñaba con ser arquitecto. Era reconocido en Kennedy, su barrio en Medellín, por su personalidad sencilla y simpática, y porque a pesar de su corta edad se proyectaba como un líder social importante para su comunidad. Desde el año pasado, se dedicaba a promover charlas de paz entre los jóvenes de su comunidad. Los invitaba a reunirse, a conversar, a explicarles el valor de la tolerancia, a decirles que había mejores caminos que el vicio y la delincuencia.
Pero a Kevin lo mataron el 21 de julio 2018. Dos hombres en una moto le quitaron la vida a tiros mientras él caminaba hacia una clase de inglés en Kennedy.
Kevin León formaba parte de la Corporación Héroes y Heroínas de Amor, que trabajaba en su barrio. Desde 2010, esta organización se ha dedicado a la defensa de Derechos Humanos, en especial los de las mujeres, niños, niñas y adolescentes, en un contexto de violencia e inseguridad. La corporación cuenta con programas enfocados en la disminución de la violencia intrafamiliar y el conflicto urbano. También se han manifestado a favor de la paz.
Uno de los semilleros de Héroes y Heroínas de Amor se dedicaba a la formación de líderes jóvenes para que estuvieran al frente de procesos barriales de recuperación del entorno, convivencia y de reivindicación de Derechos Humanos. Kevin León hacía parte de este semillero y era el responsable de las convocatorias que se hacían para otros jóvenes. Según Carlos Arcila, subsecretario de Derechos Humanos en Medellín, quien ha trabajado en la comunidad, Kevin se estaba formando para ser un líder social, y ya era reconocido por su trabajo.
Según uno de sus amigos cercanos, “Kevin era una persona sencilla, y se destacaba porque era demasiado servicial y atento con los demás. Le gustaba mucho el fútbol y siempre estaba dispuesto a ayudar a otras personas, por ejemplo él ayudaba a que los niños y jóvenes no se metieran en vicios y en problemas”. “Él era un ejemplo a seguir para la comunidad y para la familia”, asegura Pilar León, su tía.
Fuente: Pacifista