Leobardo Vázquez Atzin era un periodista que cubría información de su ciudad Gutiérrez Zamora (Veracruz,) de índole general y también temas policíacos, como balaceras y otros hechos delictivos. Además, se dedicaba a traer al público informaciones acerca de la de corrupción. Fue asesinado a tiros en la noche del 21/03/2018. Menos de dos semanas antes de su muerte, dejó evidencia de la amenaza que recibió al investigar y publicar información sobre la invasión de un predio en Tecolutla, en el que estaban involucrados personal de la Comisión de Agua del Estado de Veracruz (CEAV), la Asociación de Colonos Ecologistas de Tecolutla y un notario de la región.
«No tenemos nada que esconder en este medio de comunicación y tampoco de qué avergonzarnos», escribió Vázquez Atzin en Enlace Informativo Regional, la página independiente en la cual publicaba sus textos. También hakearon su perfil de Facebook, por lo que tuvo que cambiar el enlace. En otro mensaje dijo: “ Desde la trinchera en que se han convertido las redes sociales, seguiremos con la labor informativa, lamentamos la intolerancia de quienes gobiernan, pero eso no nos desamina, muchas gracias de antemano, esperando ser del agrado de todos”.
De acuerdo con personas que lo conocieron, comenzó su carrera en el periódico Noreste y posteriormente se volvió reportero para La Opinión de Poza Rica. Blanca Estela, hermana de Leobardo dice que lo que vive la familia es muy doloroso, porque el era un buen hombre dedicado a su familia y a sus tres pequeñas hijas. Cuando recuerda a su hermano, le viene a la memoria la reunión del 24 de diciembre “ era bromista, agradable en la platica, siempre nos hacía reír , el platicón de la familia, era un buen padre, un hombre trabajador”.
Blanca ataja y reafirma que su hermano era periodista, oficio que empezó como desde los 27 años, y así desvirtúa el comunicado que la Fiscalía General del Estado circuló donde señala que fue asesinado mientras ejercía su labor de taquero.
La hermana relata que Leobardo no era rico, y el oficio periodístico es mal pagado, entonces puso al frente de su casa un puesto de tacos donde apoyar a su pareja, en sus ratos libres lo atendía y así completaba el gasto familiar.
En el pequeño patio que hacía función de taquería quedaron las manchas de sangre de Leo tras ser atacado.
El asesinato de Leobardo ha generado indignación en el gremio reporteril del estado y de la región, donde sus colegas lo recuerdan como un hombre trabajador y comprometido con el oficio. Tras velar el cuerpo del periodista en una funeraria de Papantla, los reporteros y fotógrafos se manifestaron para exigir a la Fiscalía General del Estado no criminalizar a su compañero.
Basado en textos de Aristegui Noticias y Notiver