Fuente Paz en el Terreno
El 18 de octubre de 2007 Wilmar Felipe Barona Díaz, que en esa época tenía 20 años, comenzó a trabajar en la sede de Smurfit Kappa Colombia en Yumbo, Valle del Cauca, una de las empresas más grandes del mundo, que se dedica al embalaje de cartón. Tenía un contrato a término indefinido y se desempeñó como segundo operario de calderas, puesto que ocupó toda su vida laboral. Siete años después, por medio de una carta enviada el 8 de mayo al jefe de relaciones industriales de la compañía, Barona Díaz anunció su afiliación a Sintracarcol, el sindicato de trabajadores de esa empresa.
El sindicato, creado en 1947, tiene el propósito de elevar el número de miembros sindicalizados, objetivo que sólo comenzó a cumplir después del 2010 cuando se hizo más atractivo para los trabajadores. Sintracarcol se renovó y fue gracias al aliento de los sindicalistas más jóvenes que se afianzó entre los miembros de la compañía.
Wilmar Felipe comenzó como vocal dentro del sindicato, y escaló hasta formar parte de la junta directiva seccional y nacional. Además ocupó el cargo de tesorero nacional, distinguiéndose como uno de los líderes más jóvenes del sindicato hasta el día de su muerte.
Poco antes de la medianoche del sábado 3 de junio del 2017, después de atender una llamada a su celular, Wilmar Felipe Barona Díaz salió de su casa montado en su moto Yamaha DT125, un vehículo rojo de alto cilindraje. De la llamada que recibió nadie sabe nada, ni por qué Barona Díaz decidió salir de su casa.
Lo que pasó después fue aún más confuso. Al salir de su vivienda ubicada en el barrio Saavedra Galindo, cerca al centro de Cali, comenzó una persecución con la Policía que culminó en el puente de la autopista suroriental con calle 23. Allí, una patrulla de la Policía lo estrelló contra las barandas y provocó su caída del puente.
Según el Informe policial de accidente de tránsito, una camioneta Duster de placas 27-1801 que conducía el patrullero Yilson Ariel Perea Perea, se chocó de frente contra la moto de Barona Díaz, tal como se expresa en las observaciones del informe: “Según información del patrullero, el conductor de la motocicleta transita en contravía y se encontraron de frente. Al parecer, el motociclista se encontraba huyendo de varias patrullas policiales”. La camioneta recibió el impacto sobre la llanta frontal derecha, mientras la motocicleta, que quedó arrinconada contra la baranda del puente, se perdió por completo.
Según un taxista cercano a la familia, que manejaba en ese momento por el lugar, los hechos no sucedieron como se narró en el informe.
Según el conductor, ya corrían los primeros minutos del domingo 4 de junio de 2017. Una de las patrullas de la Policía cerró al líder en el puente de la calle 23 que, acorralado, descendió de su vehículo, se quitó el casco y después de hacerlo, otra de las camionetas que iba en su persecución lo arrolló contra las barandas del puente. Wilmar Felipe cayó de cabeza.
El impacto de la patrulla y la caída de dos metros lo dejaron con una fractura expuesta en el fémur, con un trauma craneoencefálico grave y con el tejido de su oreja izquierda desgarrado. Fue socorrido por paramédicos y enviado a la Clínica Colombia, donde permaneció custodiado por agentes de Policía.
Un video publicado en la página de facebook ‘Viatv prensa’ llamó la atención de los compañeros de Wilmar Felipe, quienes ya comenzaban a extrañarse con su ausencia. El post, que advertía fuertes imágenes, informaba sobre un accidente de tránsito en el que la Policía se había estrellado con un sujeto que acababa de cometer un presunto hurto a mano armada. El supuesto delincuente era Wilmar Felipe Barona Díaz.
El video muestra los minutos posteriores al accidente. Mientras la paramédico que lo auxilia le repite que se mantenga despierto y trata de animarlo, quien graba el vídeo, que lleva uniforme de Policía, esculca y saca dos celulares de los bolsillos de Wilmar Felipe. “No tiene nada, ¿No?”, pregunta un patrullero a sus compañeros.
Quien graba se dirige a la mujer y le pregunta si puede voltear el cuerpo para buscarle la billetera. Ella le dice que espere, que vea la fractura expuesta. El uniformado enfoca el cuerpo de Wilmar Felipe y no deja de grabar el suelo. “Despierto, despierto”, continua la paramédico. Aparece otra voz, esta vez preguntándoles a los oficiales si están bien, si el Policía que iba manejando la patrulla había salido herido. “No, no”, responden. Después de casi tres minutos, el vídeo concluye.
A las 3 de la tarde de ese de 4 de junio, Karol Vanessa Barona Díaz, hermana del líder sindical, comenzó a buscar a su hermano del que no sabía nada desde la medianoche. Trató de contactarlo a su celular, pero no contestó. Siguió insistiendo, hasta que una voz masculina le respondió del otro lado con un gélido “Hola”, y antes de que Karol Vanessa pudiera decir algo, colgó.
Fue el cuñado del líder quien pudo recibir información, llamó al celular de Wilmar Felipe y después le respondieron por Whatsapp. Un hombre que se identificó como paramédico, le aseguró que mientras huía de la Policía, Barona Díaz se accidentó. Según el hombre, el celular quedó destruido por el accidente, así que le sacó la simcard y se la puso a otro celular con la intención de brindar información a quien lo buscara. El hombre les indicó el lugar a donde habían enviado a Wilmar Felipe y no apareció más.
La familia llegó a la Clínica Colombia, donde la víctima estuvo custodiada por agentes de Policía. Según Karol Vanessa, los oficiales trataron todo el tiempo de delincuente a su hermano y no tuvieron pudor al hacer comentarios sobre la inminente muerte del líder, incluso delante de toda la familia. Los policías aseguraron que Wilmar Felipe no tenía más pertenencias que su cédula y los papeles de su moto, aunque en el video se ve cómo le sustraen dos celulares.
Para la familia del líder, los oficiales actuaron todo el tiempo de manera sospechosa, “Como si trataran de encubrir algo”, afirmó su hermana. La Policía nunca brindó claridad a los Barona Díaz, quienes defendieron todo el tiempo al sindicalista, que era acusado de ser un delincuente.
El mayor de la Policía Jhon Jairo Vargas, le aseguró a Pazífico Noticias que Barona Díaz tenía antecedentes penales y que la persecución comenzó porque el líder había cometido un hurto a mano armada, aunque las autoridades no demostraron que iba armado. En la página de la Policía Nacional, Wilmar Felipe no figura con antecedentes penales.
A las 11 de la noche del 8 de junio de 2017, la Clínica Colombia le comunicó a la familia Barona Díaz que, debido al vencimiento de la cobertura del seguro, Wilmar Felipe sería trasladado a la Clínica La Nuestra, de menos categoría. Karol Vanessa encontró el procedimiento muy extraño, y no firmó el consentimiento de traslado, por lo que permaneció en la clínica. Pese a que existieron reportes en los que presentaba mejoría, el sábado 10 de junio, una semana después del accidente, el dirigente sindical murió.
Yilson Ariel Perea Perea, el oficial que conducía la patrulla Duster que arrolló a Wilmar Felipe, fue trasladado a otro sector de Cali y a octubre de 2018, no ha recibido ninguna sanción. Miembros de Sintracarcol en Yumbo, aseveran que no han tenido problemas con la Policía y que nunca han recibido amenazas de ningún tipo. Barona Díaz es recordado como un buen hermano, un buen hijo y un buen compañero de trabajo, que nunca tuvo líos con nadie.